Madres y esposas de pandilleros lloran desconsoladas afuera de las comisarías en El Salvador mientras su familiares detenidos por las autoridades son trasladados a las cárceles dónde pasarán el resto de sus vidas .
Aseguran que los presos están sufriendo maltratos y torturas por parte de las autoridades.

Señalan que sus parejas eran quienes mantenían económicamente sus hogares y ahora quedan desamparadas con sus hijos , básicamente reconocen que dependían de la vida delincuencial,de las extorsiones y negocios ilicitos de sus compañeros de vida y ahora fueron alcanzados por la ley .
Los pandilleros habían creado una forma de vivir en base a las amenazas y asesinatos de comerciantes y transportistas.
Los reos no verán más la luz del sol pues están condenados al encierro total por su pertenencia a estas bandas criminales.
Varias mujeres llegaron con niños en brazos a buscar desesperados información de sus parientes.
